3 de febrero de 2009

El hombre del ponxo, "El regreso"

Rafa eres el mejor coño, que fin de semana me has regalao. Vaya par de partidos. El más grande. A ver si cuando vaya pa alicante juego al tenis o al frontenis o aunque sea al ping pong(no pido muxo). en fin la entrada de hoy va a ser ingente pa que no os quejeis. Primeramente una cosa que me mandaron en el cursete y ya que la van a ver extraños porque no vosotros:

Dos momentos

#1#

Al abrir sus ojos aquella mañana vislumbró, por primera vez, como hostil aquella habitación coqueta y ordenada. De manera instintiva contrajo su cuerpo hasta la mínima expresión y se tapó por encima de la cabeza.

La oruguita holgazana que ahora encarnaba se aferraba con mimo a su crisálida-edredón. Su vientre era un acordeón que baladeaba lentamente, paladeando la armonía de sus cálidos altibajos. Su subconsciente, de momento, había ganado la batalla.

Tras la empañada ventana de aquel cuarto caían, como plumas abreviadas, finos copos de nieve. Un cielo huraño parecía, al fin, otorgarle la razón. Pero en realidad lo que realmente le estaba dando era una buena excusa para no hacer lo qué de todas formas no iba a hacer.

#2#

Tras cincuenta minutos de quietud el bicho mofletudo vuelve a asomar el pescuezo. Mira a través del cristal cómo cae la nieve. Se restriega por un instante los ojos para retirarse las legañas que le impedían traspasar con la mirada el costado derecho de su almohada ¿Dónde se han ido las lágrimas de ayer? ¿Se han secado? ¿O acaso al evaporarse se han congelado sobre la deshumanizada metrópolis? Por qué demonios ahora no son más que ridículas motas blancas, que a nadie rasgan, que a nadie hieren. Resbaladizo tapiz, escasamente amontonado, con el qué hasta los mayores se entretienen.

Su melena canela permanece dormida, esparcida en silencio. Su voz, agrietada y espesa, se niega a volver a sollozar "ya basta de melodramas, mujer adulta, un poco de dignidad" discutir con abstracciones de su organismo es un sucedáneo algo cruel y trastornado (psicótico*) del tono carrasposo con el que realmente anhela conversar. Suspira, son sus brazos, esos pesados apéndices de oso pardo que la rodeaban sin escapatoria aparente cada mañana, lo que más anhela, lo que en verdad extraña.

Finalmente, se levanta, acude a la cocina y acalla con pragmatismo la autodestructiva voz de su desanimo. La gula nunca falla y las tortitas, receta de mama, deben ejemplificar una de sus versiones más exitosas.

La niña caprichosa y delicada no lo sabe aún pero guarda en su interior una mujer fuerte que tras cada batacazo emerge, empecinada en auxiliarla. Empecinada en reconducirla de vuelta al camino de lobos feroces, unicornios extintos y hienas carroñeras.

Fin

A ver quiero explicar lo que significan los tres ultimos animales(no es que os considere tontitos, es una simple aclaración): gente que te ataca de cara y te hiere, te rasga, te lastima (lobo), espejismos que ocurren poco a menudo pero que en el fondo no son más(ilusiones) que un mito inalcanzable (unicornio) y gente que te acecha por la espalda para finalmente aprovecharse de ti (hienas). Sí es sintomático de mi concepción algo pesimista de la vida. Tranquilos, que me positivizare siguiendo a un paradigmatico modelo de conducta como es Louis Van Gaal.

Bueno segunda cuestión: lo prometido

Batman tiene el batmovil, superman su capa de reinona y Pol Pol: un caballo noblote y medio retrasao que si le tientas muxo lo mismo haría de Robín, ahí, con el traje bien ceñidito.

EL HOMBRE DEL PONCHO DOS

Charlatán es un caballo alazano bastante tímido. No está convencido de su nombre, puesto a traición, pero como Pol Pol normalmente lo acorta para llamarlo Charly ha decidido (asumido/concedido/convenido*), finalmente, que no hay problema.

En este preciso instante, lleva a lomos a su dueño, aunque él nunca diría dueño, más bien, Pol Pol es su socio, su compañero, y por mucho que le cueste reconocerlo, su amigo, su mejor amigo. “Maldito bípedo” refunfuña por séptima vez en este trayecto. Se dirigen hacía la cantina, ya no queda nada, tampoco es que estuvieran muy lejos. No han ido por una travesía demasiado penosa (angosta*), es más, esta siendo un paseo (una senda*) bastante ameno y refrescante. En cuanto al destino, sin duda, la cantina no es un mal sitio para pasar una cálida noche estrellada. Aquel caserón de madera algo picado y ceniciento posee ciertos encantos indetectables a primera vista (por el ojo novato*). Pol Pol mencionaría otros más libidinosos pero en lo referente a Charly, su deferencia por el local es de otro cantar (un calado bien diferente*).

Él destacaría en primer lugar aquel enorme y bien acondicionado abrevadero donde el heno suele ser fresco y crujiente y el agua es renovada con cierta regularidad. Otras cosas que le complacen, y con las que suele encandilarse a menudo, son las luces y la música que durante las intermitentes actuaciones de variedades amenizan el ambiente. Espectáculo que se desliza con bastante limpidez desde el interior hacia el exterior por cada rendija, por cada ventana, por cada abertura de la desconchada fachada. Además de tanto en tanto pasa un buen rato olisqueando y flirteando con alguna de las maduritas yeguas que le aparcan al lado. Si algún día le acercan alguna jovenzuela, cosa por lo general poco común, él preferirá hacerla enojar, no por maldad, si no, por puro entretenimiento. A los caballos, mala calaña como él todos, simplemente, los ignora.

Hoy en día Charly es un equino coqueto que es cepillado con mimo dos veces a la semana. Se trata de un cuadrúpedo, por sintetizar, esbelto y bien cuidado. Condición muy diferente a cuando se conocieron Pol Pol y él. Dos soledades en medio de una oscuridad alunada.

Hay dos cosas fundamentales que saber de Charly antes de rememorar aquel primer encuentro. La primera es bastante difícil de creer, pero, es totalmente cierta. Charly comprende e incluso rebuzna el lenguaje humano. Algunos lo considerarían un don, para él, es una calamidad que sobrelleva con bastante discreción. La segunda, en comparación, parece menos importante pero quizás tenga algo que ver con su habilidad lingüística. Charly es un mestizo, pero no un mestizo sencillo, su sangre por ambos bandos tiene más cruces que un perro callejero. Un palurdo ranchero sabiendo esto, quizás, se sorprenderá de que al alcanzar la adultez el penco multirracial no haya degenerado en una mula de carga retrasada y estéril. Un investigador del genoma, sin embargo, se extrañará de la correcta proporción anatómica del individuo, que según sus cálculos debería haber sido un engendro de robusto cuerpo, orejas gachas y patas arqueadamente endebles.

Aquella extravagante unión ocurrió hace más de 3 años durante la bisoñez de un verano corriente y moliente. Pol Pol había salido malparado de un chanchullo demasiado chapucero, incluso para él. Tras varios forcejeos y disparos desatinados había sido obligado a utilizar un plan B inexistente. Escopeteado hacia el basto y gélido matorral del barranco Matacabras. Él, su poncho completamente sudado y su sonrisilla eternizada por la adrenalina sobrante del susto vagaban por una vaguada más verde y arbórea de lo que cabría esperar del lejano oeste. Antes de toparse con Charly en medio del riachuelo, recorrió 5 millas silbando. Relajado, evocando, como siempre que silbaba en mitad de ninguna parte, el rasgado de los ojos esmeralda de su puntiaguda espinita. Aquel era un rostro cándido y gatuno, escogidamente vital, que fondeaba agridulcemente en la profundidad de su empequeñecido corazón.

Por lo que respecta a Charly, su presencia allí se debía a causas diametralmente diferentes a las de Pol Pol. Él también había escapado de algo y finalmente, tras 5 días de huída, deambulaba por aquella vaguada coronada por un barranco, en su opinión, demasiado siniestro. Su paso, parsimonioso y esforzado, estaba perfectamente sincronizado con su entrecortada respiración. Lo cierto es que últimamente las únicas sensaciones que llegaba a discernir eran harto desagradables. Todo debido al hambre cuasi endémica que acumulaba desde su huída. Su vista enfocaba una mezcla mal ensamblada de visión doble y visión borrosa, sentía nauseas que al mismo tiempo contraían su esternón hacia dentro, sin embargo, lo más angustiante para él eran los temblores fríos y espasmódicos que padecía cada vez que el calor apretaba un poco más de la cuenta. Su tónica de actuación en los dos últimos días lo asemejaba con bastante realismo a un zombi que recorre un interminable laberinto de maizales.

Salir vivo tras el asalto y asesinato de tu indeseable patrón no es tarea fácil. Se prometió, una vez observada la mala ralea de sus captores “yo no vuelvo a servir a un villano”, relinchó con bravura, realizó un trompo violento y galopó, galopó hacia la libertad, hacia la inseguridad de lo desconocido.

Charly se paró antes que Pol Pol a beber. Tomó largos tragos, se aseó un poco el hocico e intentó espabilarse chapoteando un rato cerca de la orilla. Justo cuando se disponía a reemprender la marcha, vio venir atropelladamente a Pol Pol. Primero creyó que se trataba de una fiera de rapiña que merodeaba sin cautela alguna, luego, al prestar mayor atención, distinguió la maldita especie del animal que se precipitaba contra él. “Ridículo bípedo de poncho oscuro, exceptuando a los mejicanos, quién en su sano juicio lleva poncho por propia voluntad, qué prenda tan absurda aquella que te has de remangar para comer” rezongó aunque Charly, en realidad, como toda bestia naturista consideraba fútil cualquier tipo de vestimenta.

*C- eh, tú. Quieto parao ¿Qué intentas?- relinchó. No era un sonido acorde a la nobleza y la elegancia propia de los caballos. Más bien, era una vocecilla impertinentemente patética.
*P- montarte- respondió con suma naturalidad. Pol Pol en ningún momento pensó que aquella extravagante voz se tratara de una alucinación. No buscó explicaciones racionales que se excusasen en la fatiga del extenuante paseo, no creyó haber sufrido la jugarreta de un trastorno fugaz y dio por sentado, de manera categórica, que su psique conservaba plenitud de facultades. Si él había oído la voz del caballo era porque este había hablado. A fin de cuentas, después de un día tan rocambolesco otra locura más sólo lograba agregar (dotaba de*) normalidad al asunto.
*C- ¿Cómo qué montarme? ¿Acaso nos conocemos de algo?, maldito simio- el famélico animal parecía a ojos de Pol Pol totalmente ebrio. El cansancio extremo le había provocado una ligera parálisis del labio inferior que acentuaba, sin compasión, aquella pronunciación ya de por sí torpe y hosca.
*P- no pero si quieres me presento. Me llamo Pol Pol ¿y usted, señor caballo qué habla?
*C- me llamo como me sale de las narices, ¿qué pasa?
*P- Comomesaledelasnarices, un nombre un poco largo pero dado el caso tampoco extraña. Encantado Comomesaledelasnarices- Charly alias Comomesaledelasnarices no se pudo contener y lanzó una aguda carcajada hacia la tenue brisa nocturna. A pesar de su habilidad especial no destacaba precisamente por ser un animal demasiado avispado. Era un pobre buenazo curado de tal inocencia a patadas. Receloso como consecuencia de los amargos tragos de la experiencia no como condición (característica/peculiaridad*) inherente a su ser - venga, que te montare con cariño, guapo-
*C- mira como te acerques más te doy una coz que te mando a la luna-
*P- sería estupendo, siempre quise saber si en verdad sabe a queso. Sabes, me encanta el queso, sobre todo, los de importación ¿Qué sería el caso, no?... De hecho, mi madre de pequeño se cuestionaba demasiado a menudo si había parido un ratón gigante o un humano roedor. Además ten en cuenta las connotaciones del acto en sí… sería una proeza, un hito. A lo más alto que cualquiera, incluido un servidor, puede aspirar-
*C- tú no te rind….- su cuello hizo un escorzo y se desplomo sobre el costado derecho. La pobre bestia desfallecida no volvería a abrir los ojos hasta la mañana siguiente.

Al día siguiente el astro rey pareció haber sido degradado a principito. El cielo estaba despejado pero él apenas importunaba con sus menudencias caloríficas. Cuando Charly abrió los ojos tenia frente al hocico dos relucientes zanahorias, un par de caramelos de café y un cuenco de agua bastante rústico (precario*). El carismático humano, de cuclillas, trataba de prender un fuego. Tras él, acomodados encima de su poncho deshumanizado, había un par de huevos de ave sin identificar y un roedor, parecido a una liebre pequeña pero más salvaje, aún por deshollinar.

*P- comete eso idiota, que de trotar descabezado no he conocido aún a nadie que se alimente ¡Hábrase visto un equino a dieta de aire y agua!- vociferó indignado - que el ayuno es para los cristianos no para los jamelgos moribundos de largo nombre- advirtió.

Es cierto que no había probado bocado desde la fuga. Pero no por inquietudes suicidas o por un calculado abandono producto de esta contingencia carente de certidumbres. Si no por miedo, un irracional miedo (susto*) que colapso su cerebro y desterró a su instinto de supervivencia a un infierno esquizofrénico y autodestructivo. Dedicado exclusivamente a escapar, a huir de allí, olvidó el pasto, los frutos, los siempre insuficientes azucarillos y por poco olvida también su propia vida.

Charly elevó sus finos labios, abrió su prominente dentadura y comió.

CONTINUARÁ

En fin ya os contaré como siguio la mañana aunque creo que la próxima historia debe incluir una fémina, ya está bien de onanismos y zooflilias. Que Pol Pol es un Killer del area, no hay que desprestigiarlo.

Que manera de destrozar canciones de verdad. Me lo pase genial en el karaoke. Cantando en plan heavy libre de nino bravo. que partida de ojal.
Me quedo con la frase de una cancion antiquisima, creo que de Rocío Jurado. Que la canto una señora que cantaba mu bien, todo sea dicho (no como nosotros)

No debía de quererte
no debía de quererte
y sin embargo te quiero

A ver si voy pa alicante que hay ganas. Que se acaben ya los putos examenes que estoy viejo pa obviedades: que es la sociología (sobre todo, en el caso de casi toda la moderna, los iniciáticos tienen su mérito): un invento de una panda de repipis acomodaos que se quedan agusto esplayando durante todo un tochazo de libro tres obviedades extraibles de un solo refrán. No sé como les pagan por decir que el cielo es azul, de verdad.

si habeis conseguido leer todo hasta aquí, recibid mis más calurosos parabienes ¡aiba que chorrazo como dirian los de la hora chanante! Un abrazo a toos. Alé mama, estarás contenta, no?. ahí van dos tazones de sopa.

PD: Lo típico, deseadme mierda pa los examenes (que es bien calentica). Yo os la deseo a los que tb tengais. Y en los asteriscos puntillados decidme preferencias y eso... byz byz

PPD: Por cierto, desmitificar las nieves de Madrid. La primera no fue pa tanto. De hecho yo la disfrute mil, fue super linda, yo con mis bolazos a la pobre incauta. Y la de hace poco fue de agua chirri, no cuajo na. Ademas es super bonito ver too blanco. Dios nos epata, cosa que consigue con los de mar como yo que nos maravillamos con sus diminutas borlitas de algodón helado. Te debo un par ya tipo omnipotente