El pasado fin de semana fue el día internacional de la poesía. Segun mi opinion, que vale el doble porque es la mía, somos el idioma paladín de este género, que le vem a fer hablamos un idioma la mar de musical y armonioso. Aunque sólo admire a uno de nuestros, Rubén Darío, ese nicaraguense que nos amó un tiempo y nos repudió después. Probablemente no hay más porque nunca me ha interesado leer poesía. Pero de los así más famosos creo que este es el más estético, el más bonito de leer.
En fin, en conmemoración a este hecho he decidido compartir una serie de perlas, que por impertinentes, no quisieron ser collar. Creo que es porque individualmente expresan ya algo, y han prescindido de esos acólitos superficiales, de mucho brillo y poco candor.
Como toda poesía se trata de unos versos melodramáticos y poco realistas. Mi interés radica, sobre todo, en que sean bonitos.
OTRA
Báilame el agua, sopla mi viento
Corta mis alas, avívame el fuego
Comparte mi frío en la azotea de Madrid
Destroza tu vida una vez más por mí
Rompe mi alma, haz el favor, arruina mi porvenir
Ámame bajito, invádeme de perfil
Vierte tus mimosos silencios sobre mí
OTRA
Salté desde las cuerdas
En un directo contra tu cabeza
En el aire, incliné el codo con todas mis fuerzas
Al final, impacté salvajemente contra la lona
Escapaste en un suspiro, ese mismo, en el que yo bramé mi derrota
OTRA
Perdí el tren del dinero
Extravié la diligencia de la bella señorita del sombrero
Adulteré la vacuna experimental que aspiraba a ser la cura de mi desespero
Rompí el mapa del tesoro maldito
Hundí el galeón que dentro de su bodega albergaba a salvo todo mi instinto
En fin, zozobré junto a toda la armada española en un tiempo record
Han bastado 5 meses, ni uno más, sólo eso
Para mi recaída en los infiernos
He prescindido de parte del cabello
Me he sumido en el más completo aburrimiento
Y mi bonito corazón ha hecho de nuevo crash por dentro
OTRA
Siento que malgasto mis días, mis horas, mis segundos pensando en ti
En ti, mujer estúpida, en ti, muchacha infantil
En ti, arpía alada con las garras coloreadas de vivo añil
Me he fallado como arquitecto de un porvenir feliz
He bajado mi listón juicioso a mero espectador de vodevil
Eres insulsa cariño, en tu cabecita no hay luces, no hay refulgir
Por no haber, sabes, no hay ni un misero candil
Pero yo parado, pasmado frente a ti, no sé sobrevivir
No alcanzo a echarle narices, no logro resurgir
No hallo el modo de escapar de ti, de mi, de este maldito laberinto que es el aquí
Y últimamente ni siquiera recupero el suficiente aliento para resistir
Para no rendirme, para no morir
OTRA
Jamás pasará, ambos lo sabemos
No eres tonta, no soy tonto, sé reconocerlo
No sufro, ya no, mi cielo
El año que viene nos caerán encima diferentes inviernos
Y sólo espero, que nos sonriamos desde bien lejos
OTRA
A veces, mis labios están a punto de pronunciar un te quiero
Sentido, sincero
Pero, al final, siempre me arrepiento
A veces estoy a un pellizco de comerte a besos
Pero a un palmo de tu linda faz, no me atrevo
Y tuerzo el pescuezo
A veces me hallo a un suspiro de rodearte entre mis brazos remeros
Pero a escasos centímetros de ti siempre tropiezo
Cayendo de bruces en mi propio infierno
Aunque no lo notes, cielo
De tanto en tanto, hablo en serio cuando bromeo
Y te confieso verdades embarradas en rodeos
Tengo infinitas ganas de llenarte de mimos
Volcarte todo cariño e instinto
Atrapar sin que los puedas apartar esos carnosos carrillos
Pero este mundo suele ser ingrato conmigo
Y mis deseosos dedos son, de por sí, demasiado finos
OTRA
Te amaré aunque se te caigan los ojos
Aunque se te ablande la firmeza, aunque se te hunda el rostro
Aunque se te esmirrien las piernas, aunque se te arrugue la barriga
Te querré aunque tu pelo se torne cano, aunque tus labios se hagan trizas
Porque lo sé, ante ti, mis latidos son las palmadas de un gigante
Aunque trate de impedirlo, aunque me medique con remedios ilegales
Soy un rollizo bebé embelesado con tu perfil mientras le cambias los pañales
hay una serie de canciones que no me saco de la cabeza últimamente: no he desentramado como colgar los enlaces de videos youtube, asín que os los dejo a las bravas, pa que vosotros mismos os emparanoyeis.
HUECCO
DJ NELSON
CALAMARO
MECANO
AMY "RONALD" MACDONALD jejeje
Na más, si os gustan, pues eso que os lleváis. El hombre del poncho III, que adelanto que tiene pinta de que va a ser una precuela, será la próxima entrada. Pero lo mismo se demora más de la cuenta debido a que odio la 3ª persona y del poco tiempo que le dedico (y tengo) a escribir prefiero fer otras cosas más importantes y divertidas.
Alé, una abraçada
tímido, graciosillo metepatas e irónico k sabe k de vez en cuando se equivoca, k de vez en cuando esta herido, k de vez en cuando aun sin kererlo hiere, k de vez en cuando se encierra, k de vez en cuando se escapa y k de vez en cuando es feliz
25 de marzo de 2009
4 de marzo de 2009
Anticipo
Na sólo poner lo del cursete.
#Sólo a ella#
Se muerde el labio inferior mientras busca en el entorno algo que no parece encontrar. Finalmente, baja la vista para disimular su nerviosismo. Su transcurrir se asemeja bastante al de un precioso cisne tratando de hallar peces en medio de un bucólico estanque sureño. No hay nadie más en la terraza costera, sólo ella.
Cuando llego yo, ya lleva aguardando 5 minutos y, por descontado, se ha acomodado al ambiente que le rodea, integrándose sin dificultad en aquella característica postal de principios de verano. Allí pace ella, embutida en la discordante butaquita de mimbre mientras sus pies de bailarina yacen, colgando plásticamente, bajo la elegante mesa ambarina del centro. Sus manos, apoyadas sobre la mesa, señalan una taza de café mediana y un libro de bolsillo aún falto de uso.
― Hola― exclamo mientras me aproximo a grandes trancos ― Siento la tardanza― Le doy un pico y me siento al compás del ronco estrépito de la silla ― Ha sido culpa de los semáforos que me tienen manía.
― Normal, como la mitad del tiempo no les haces ni puñetero caso.
― Es que son muy pesados con sus postes altotes y sus luces fosforitas, se tienen muy creído eso de andar evitando accidentes. Es como si yo le diera grandilocuencia a no asesinar cuando me entran ganas.
― Se llama previsión y civismo, no grandilocuencia. Además si tú intentarás asesinar a alguien lo mismo tendríamos que ir a rescatarte a urgencias. Por media torta bravucón.
― Como dices eso, mujer, si yo dí dos lecciones y media de Feng sui y otra más de polka con acordeón.
― Sabes que a no ser que el acordeón escondiera un kalashnikov con ese bagaje no impresionarías ni a un niño de 8 años.
― Es que yo me conformo con los de 7, son el futuro. Los de 8 ya están podridos. Una mala generación idiotizada con lo que pasara el año antes que nacieran los de 7― ella sonríe por compasión.
― ¿Qué te apetece, zángano?
― ¿Qué has pedido tú?
― Un café con leche y media tostada con aceite y sal.
― Que poco original.
― No sabía que tuviera que innovar a la hora de decantarme por lo que me gusta.
― Sí, es un fallo muy común en la gente mediocre.
― ¡Hala! te has pasao. A ver listo ¿Qué vas a tomar tú?
― Lo mismo.
― No hay cosa más triste que un mediocre copión― Profiere con cierto regodeo.
― Es qué no me apetece pensar, qué aún es mediodía.
― ¿Qué vamos a hacer esta noche?
― No sé, respirar, comer, beber y esas cosas que hace la gente chalada con tal de sobrevivir.
― Uy! Joder, que pejiguero te has levantado hoy. Con lo majo y calladito que estuviste anoche.
Le clavo la mirada mientras le susurro ― Es que anoche, no se lo digas a nadie, pero quería― Trato de dotar de un suspense misterioso al final de mi alegato ― Quería violearte― Acercamos instintivamente nuestras caras.
― Yo también, imbécil― Me lanza un tímido morreo y acaricia con su nariz la mía.
Diviso al camarero. Es un tipo alto, moreno y desgarbado, bastante desdeñoso (desmañado*) en su proceder. Acude hasta mí sin demasiado interés, anota en su libretita mi almuerzo, y se dirige parsimoniosamente hacia dentro del local.
Por fin estamos a solas. Esta guapa. Las gafas de sol sujetan su larga melena chocolate. La nata de su tez me provoca deseos de comérmela a bocados. Sus pupilas, turmalinas impuras, rugen tenues lagrimillas por culpa de una luz solar deliciosamente entrometida. Pequeñas pizcas ocres se encadenan de forma coqueta por sus mantecosos mofletes. Nos conocimos hace apenas 2 semanas pero, estos vuelcos de campana con los que mi corazón celebra su compañía me hacen entender, aunque no sé lo vaya a decir aún, que la quiero sólo a ella.
FIN
Ya pa finales de este mes pondre una nueva entrega de mi enigmático compañero de correrias.
Na a cuidarse. Un abrazo
#Sólo a ella#
Se muerde el labio inferior mientras busca en el entorno algo que no parece encontrar. Finalmente, baja la vista para disimular su nerviosismo. Su transcurrir se asemeja bastante al de un precioso cisne tratando de hallar peces en medio de un bucólico estanque sureño. No hay nadie más en la terraza costera, sólo ella.
Cuando llego yo, ya lleva aguardando 5 minutos y, por descontado, se ha acomodado al ambiente que le rodea, integrándose sin dificultad en aquella característica postal de principios de verano. Allí pace ella, embutida en la discordante butaquita de mimbre mientras sus pies de bailarina yacen, colgando plásticamente, bajo la elegante mesa ambarina del centro. Sus manos, apoyadas sobre la mesa, señalan una taza de café mediana y un libro de bolsillo aún falto de uso.
― Hola― exclamo mientras me aproximo a grandes trancos ― Siento la tardanza― Le doy un pico y me siento al compás del ronco estrépito de la silla ― Ha sido culpa de los semáforos que me tienen manía.
― Normal, como la mitad del tiempo no les haces ni puñetero caso.
― Es que son muy pesados con sus postes altotes y sus luces fosforitas, se tienen muy creído eso de andar evitando accidentes. Es como si yo le diera grandilocuencia a no asesinar cuando me entran ganas.
― Se llama previsión y civismo, no grandilocuencia. Además si tú intentarás asesinar a alguien lo mismo tendríamos que ir a rescatarte a urgencias. Por media torta bravucón.
― Como dices eso, mujer, si yo dí dos lecciones y media de Feng sui y otra más de polka con acordeón.
― Sabes que a no ser que el acordeón escondiera un kalashnikov con ese bagaje no impresionarías ni a un niño de 8 años.
― Es que yo me conformo con los de 7, son el futuro. Los de 8 ya están podridos. Una mala generación idiotizada con lo que pasara el año antes que nacieran los de 7― ella sonríe por compasión.
― ¿Qué te apetece, zángano?
― ¿Qué has pedido tú?
― Un café con leche y media tostada con aceite y sal.
― Que poco original.
― No sabía que tuviera que innovar a la hora de decantarme por lo que me gusta.
― Sí, es un fallo muy común en la gente mediocre.
― ¡Hala! te has pasao. A ver listo ¿Qué vas a tomar tú?
― Lo mismo.
― No hay cosa más triste que un mediocre copión― Profiere con cierto regodeo.
― Es qué no me apetece pensar, qué aún es mediodía.
― ¿Qué vamos a hacer esta noche?
― No sé, respirar, comer, beber y esas cosas que hace la gente chalada con tal de sobrevivir.
― Uy! Joder, que pejiguero te has levantado hoy. Con lo majo y calladito que estuviste anoche.
Le clavo la mirada mientras le susurro ― Es que anoche, no se lo digas a nadie, pero quería― Trato de dotar de un suspense misterioso al final de mi alegato ― Quería violearte― Acercamos instintivamente nuestras caras.
― Yo también, imbécil― Me lanza un tímido morreo y acaricia con su nariz la mía.
Diviso al camarero. Es un tipo alto, moreno y desgarbado, bastante desdeñoso (desmañado*) en su proceder. Acude hasta mí sin demasiado interés, anota en su libretita mi almuerzo, y se dirige parsimoniosamente hacia dentro del local.
Por fin estamos a solas. Esta guapa. Las gafas de sol sujetan su larga melena chocolate. La nata de su tez me provoca deseos de comérmela a bocados. Sus pupilas, turmalinas impuras, rugen tenues lagrimillas por culpa de una luz solar deliciosamente entrometida. Pequeñas pizcas ocres se encadenan de forma coqueta por sus mantecosos mofletes. Nos conocimos hace apenas 2 semanas pero, estos vuelcos de campana con los que mi corazón celebra su compañía me hacen entender, aunque no sé lo vaya a decir aún, que la quiero sólo a ella.
FIN
Ya pa finales de este mes pondre una nueva entrega de mi enigmático compañero de correrias.
Na a cuidarse. Un abrazo
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